miguel ángel barroso
Donde flota la ausencia
los versos no calcifican
Se pudren enteros como tuberías a su antojo
Se deshacen como hojas estancadas
Entra la miseria cuando
los versos no nacen
Arrastran los restos de otras suciedades
Y mueren sin esperanza
Y no se desploman sin antes haber sido eternos
o al menos haberse permitido un coqueteo
con el cielo
con la vida soñada
con el esplendor de otros tiempos:
¿la infancia?
La colmena del amor insatisfecho
Versos de andar muerto
todo el tiempo sin saberlo
Versos de asesino impasible con la emoción
Versos de tener el sentido de estar vivo
Segunda llamada: acorde
seguido de una estación de dolor
Pero no queda remedio que volver al azar:
El perfume es el que era
La novia es la que era
La niña es la que era
Los ojos redondos en la fotografía triste
Eso queda
Es un trozo de papel fotográfico
que vence el paso del tiempo
tercera llamada:
La tristeza de ese niño en la foto
La adolescente que le previno contra el futuro
El colegio mancillado por la insatisfacción
de no reconocerse sino separado
triste
rezumando dolor, arterias, contenidos
espantos, madejas, terror
Miedo a todas horas
El estómago anudado
queriendo ser libre de la vida
Cuarta llamada:
una sonrisa
un pequeño lápiz de labios
algunos te quiero
Inocencia privada: ilusión
Algunas veces la mano era bella
y los pies conducían rápido al paraíso
Y tu rostro me gustaba
Pero siempre el criminal ocultaba su delito
Y la víctima lo pagaba con el destierro
Todo ese tiempo
y la angustia no desapareció
Quinta llamada:
no desapareció el miedo
Eres otro pero te temes
Te atas los nervios como si fueran manojos de hilos
Te ahogas en el dolor
Pero afinas el sentimiento
Hubo una vez un sol que trajo la alegría
contando cada paso
y amando cada sonrisa
No había futuro
pero el presente estaba iluminado
Era un cálido dolor irresistible
Sexta llamada:
se acabó la tarde soleada
Pero la angustia se quedó
Aunque el miedo esbozó una sonrisa
Era particularmente bello
porque no me ofrecía en sacrificio
Tenía la suerte de seguir con vida
en un reto de disciplinas insensatas
¿Por qué si no aguantar hasta el final
e iniciar la pendiente con una sola pierna?
Para verme destrozado en la acera
me bastaba un salto de dos pisos
Unas notas de piano
Un bastón de blanco ímpetu
que aclarase la rabia de llegar al final
y no morirse
El miedo pateó la morfina
Desenganchó los reos tocados con la gracia
A mí sólo me importaba un lunar
El recodo de un muslo
La fragancia de una falda
Sólo el botín de una sonrisa al perder la camisa
me llevaba rápido al lecho
incluso si el sueño no se dejaba vencer
¡Qué espanto otras noches!
¡Qué cáncer de ovillos y malentendidos!
Pero tú eras una luz
Estabas en el reflejo de las hadas
¡No había más que verte los pómulos!
Me inspiraban muchos versos
y finales provechosos
Séptima llamada:
el peligro acecha
El peligro es la muerte que acecha
El peligro es la muerte que acecha mi alma
He tendido la mano hasta el final de los dedos
y he sentido una explosión beneficiosa
La amputación ha tenido éxito
Y todo es inconstante:
como vuela una mariposa
como caza un gato
como lame un perro
como aúlla un lobo
como mata un oso
El brillo de la acción es lo que vale
Es lo único que queda fuera del entierro
El ritmo me incorpora en el pedestal
Y no me bajo
Porque si me bajo me muero
Y no quiero morirme sin ver la luz del cielo
Y no quiero morirme atento al lodo
Prefiero vivir de medio lado
Con los escombros que nunca se llevaron los obreros que olvidaron el contenedor donde todo el mundo arrojó su basura
Esto es heroico
Es terriblemente banal por lo barato
y además entra de lleno en la forma de tu cavidad
Si algo me enloquece es tu olor de hembra
Tu matriz de mujer ahogada
en la tentación del asombro y la indiferencia
Si hay una forma de morir
Yo te quiero a mi lado
Presente en la voluntad de un delito no cometido
Si hay una forma de morir
Me apunto y te sigo
Si me matas
apúntame bien
amor, entre los ojos,
que el sexo sobreviva y nos
entregue en las condiciones exigidas
Me gusta santiguarme
delante de ti
Te siento como un día que caminaba
con el sol en la espalda
Y caminaba
Y respiraba
Y tenía suficiente aliento para hacer planes
donde sólo reinaba la felicidad
y la coherencia de haber resistido
tantos días sin sol
Pero estaba roto por dentro
Igual que hoy estoy roto por dentro
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